Saturday, July 15, 2006

toilette plein d´eau, vagabond

the worst day of my life finished four hours ago












































[1y10m]

Thursday, July 13, 2006

chloé

"listen, I told her
why don't you stick
your tongue up my ass

no, she said.

well, I said
if I stick my tongue
up your ass first
then will you stick
your tongue up my
ass?

all right, she said.

I got my head down
there and looked
around
opened a section
then my tongue
moved
forward

not there, she said
ahhahahaha
not there, that's
not the right place

you women have
more holes
than
swiss cheese
I don't want you
to do it
why?

well, then I'll
have to do it back
and then at the next
party
you'll tell people
I licked your ass
with my tongue

suppose I promise
not to tell?

you'll get drunk,
you'll
tell

o.k., I said
roll over and
I'll stick it in
the other
place

she rolled over and
I stuck my tongue
in that
other place

we were in love

we were in love
with except
what I said at
parties
and we were not
in love
with each others
ass holes

she wants me to
write a love
poem
but I think if people
can't love each others
ass holes
and farts
and shits
and terrible parts
just like they love
the good
parts
that ain't
complete love so,
as far as love goes
as far as we
have gone
this poem
will have
to do".


the best love poem I can write at the moment






the flesh covers the bone
and they put a mind
in there and
sometimes a soul,
and the women break
vases against the walls
and the men drink too
much
and nobody finds the
one
but keep
looking
crawling in and out
of beds.
flesh covers
the bone and the
flesh searches
for more than
flesh.

there's no chance
at all:
we are all trapped
by a singular
fate.

nobody ever finds
the one.

the city dumps fill
the junkyards fill
the madhouses fill
the hospitals fill
the graveyards fill

nothing else
fills".


alone with everybody



charles bukowski


o como alguien es capaz de recitar, y llegar a la verdad de las cosas, a su esencia, escupiendo todo arrastrado por una marea de latas de cerveza, llenas.
porque al fin y al cabo, todos somos saliva, semen, sangre, huesos y a veces no tenemos ni cerebro, aunque lo disimulemos con todo lo demás y queramos ocultarlo.

llevo cuatro días sin dormir - que yo recuerde - , el té a sustituido a la sangre, la nevera está intacta, la cama sin hacer, la habitación sin barrer, la mesa es una escenificación del kilimanjaro con rachas del k-2 en su extensión mas caótica, si ofelia volviera a nacer me envidiaría o peor, me haría una lobotomía in-situ, eso si, yo soy más calmada siempre, o al menos ahora, soy como gwendoline y campañilla pero sin alas y con vocecita calmada-calmada.
el gato se une en todas mis fiestas privadas, le encanta ver como leo sin leer, mis actos públicos tienen límite de entradas: yo, yo y yo misma, me gusta la luz tenúe, el alcohol es siempre verde o rojo, mis trajes de gala son camisones de 2€ y fumo con pitillos dorados.

supongo que dentro de algún tiempo eliminaré todas estas entradas absurdas, las escribo directamente sin releerlas, en el fondo lo hago sólo por practicar los acentos, hacía tanto que no tocaba las teclas de acentuación que ya no sabía ni que existían, en el fondo los textos decentes siguen estando en los cuadernos que apilo en las estanterías y que guardo en el bolso.
esta mañana me aburría y conté ocho.

en el fondo conoces a alguien, mucho, y de echo lo conoces como la palma de tu mano, de repente se aleja, y sabes porqué, no sabes hasta cuando, ni si se abrirá esa especie de coto de veda, porque de verdad esa persona vale la pena, esos colores que pasan a ser blancos y negros coloquiales.

en ese momento, si sabes apreciarlo, te dará la llave, que nunca devolverás, porque no debes devolverla nunca, porque en el momento que te la dan significa que te la has ganado por méritos propios al entender los dos lados del cristal-espejo, al entender los significados que entraña un mundo que no sabe que es la supervivencia entre caras que juegan a confundirse con extraños que siempre son sujetos de ser borrados. como también, por supuesto, son sujetos de ser totalmente borrados el segundo y tercer párrafo de ésta mierda de post.

Cause I want (to) be a good women and I want for to be a good man

"¿Cuál considera que es actualmente la virtud más sobrevalorada?
La juventud.

¿Qué es lo que más le disgusta de su apariencia?
¿Una sola cosa tiene que ser? … Tengo que quedar de un narcisismo insolente si digo que no tengo, pero es que no me importa mi apariencia. Creo que la apariencia de uno está hecha para disgustar a los otros. Son los otros los que encuentran disgusto en nuestra apariencia.

¿Qué o quién es el más grande amor de su vida?
Ana.

¿Cuáles son las palabras que más usa?
(Le grita a Ana, su esposa, para que le ayude a recordar cuáles son y ella tampoco sabe)




cuestionario de proust , entrevista a rodrigo fresán -- mónica del arenal




" Es curioso, vivimos la vida en primera persona del singular pero llegado el final, se nos aparece la opción de un cambio en la composición del relato. Esta nueva velocidad de las cosas -me pregunto si la chica de la motocicleta se refería a algo más o menos parecido- es la que nos permite entonces vernos desde afuera, mirarnos mirar, sentirnos sentir, muriendo morir. Tal vez se trate del más primal de los mecanismos de defensa o del más convincente de los placebos: esto no me puede estar pasando a mí, volar lejos. Tal vez por eso todos aquellos desesperados que dicen haber estado muertos y vuelven para contarlo insisten en el paisaje de sí mismos cada vez más pequeño, allá abajo. La persona como personaje, un espejo de carne y hueso. El cuerpo como un plano, como un sinfín de gráficos y de cómputos. La escalera de caracol del DNA, la médula como una vía láctea, la marea oscura de la enfermedad erosionando los acantilados de las células. Sí, el cuerpo visto igual que esas fotos desde las alturas -marrones y verdes y azules- que luego se utilizan para la confección de los mapas. "



La velocidad de las cosas -- rodrigo fresán


Current mood: away

Wednesday, July 12, 2006

the gift -- song for a blue heart





Hace un año estaba (mos) en tierras lusas, con traje de brigitte, con una tabla de quesos que yo creía que era enorme ( y lo era, porque nunca había visto, no para mi, una tan grande) que alguien compró después de andar cerca de una hora, descubrir que las cárceles pueden parecer castillos y volver por el mismo camino casi perdiéndose, y ver mi cara asombrada.
Curiosa metáfora.
recuerdo que en ese viaje, nada más entrar al hotel lloré de felicidad; fue la cosa más estúpida que he hecho nunca, pero también la más verdadera.
ese fue mi mejor aniversario, este el peor; el tiempo muta tanto como un espejo convexo, si lo miras reflejado sobre su propio eje no te reconoces.
Ahora acabo de volver del baño después de vomitar en un water lleno de mierda. mi mierda claro.
Hoy se han acordado de mi tres personas. bizarre love triangle, como new order. hoy la cosa va de metáforas. eso parece.
También me han regalado un cómic de mochizuki, la mujer de la habitación oscura, sobre una señora que acaba entrando misteriosamente en la vida de alguien que no conoce. metáforas.
Hace un año era feliz, hoy lo soy (miento, soy la persona más jodida que conozco bajo mi prisma, que viene a ser pequeñito), pero por el recuerdo que guardo dentro de algo que aún mantengo y no puedo convertir en metáfora .
hace un año alguien me tiró una zapatilla en un brazo, muy fuerte, me golpeó con ella en el brazo derecho con todas sus fuerzas, gritando.
hoy es mi lado izquierdo el que se golpea a cada momento intentando volver atrás sin respuesta, sabiendo que no hay modo de invertir el tiempo y los momentos, de corregir frases, palabras, gestos, y de no reconcomerse más, porque los destinos de las personas, aunque se intente decir lo contario, a veces estan unidos, aunque sólo sea por metáforas estúpidas que van más allá del tiempo y nunca acabarán.



#listen to: cat power -- moon pix

del latín,

post data: tengo insomnio y se me cae el corazón a cachos, y mis tobillos son árboles tronquiformes enormes, que sueltan raíces que se agarran al suelo como cemento pegamentado imposible de arrancar, que se empeña en dejarme toda la noche en vela con los ojos como platos siguiendo líneas con letras como hormigas, que ya ni entiendo ni me enfuerzo por comprender.

dios, que ni existes ni has existido nunca, dame sueño, o algo parecido, o sino, dame al menos entendimiento, o limpiame las gafas....




pequeños apuntes de estupidez

[si uno suma las cifras del día que nací, curiosamente aparece el número cinco.
hasta ahora nunca lo había calculado, pero cinco siempre ha sido mi número favorito.

cinco son el número de dedos de una mano.
cinco son las puntas de una estrella, fundamentales para cualquier buen viajero que no necesite una brújula para guiarse, sino que se baste con hizar la vista al cielo.
cinco es el capítulo donde oliveira se desdobla con la maga hasta casi matarla, o al menos desearlo.
cinco es el tándem perfecto con teclista incluido.
a partir del quinto mes de gestación se aprecia la silueta de un bebé.
cinco es el tercer número primo, sello de salomón y símbolo del hombre, que, invertido, en el mundo de la magia, simbolizaba al macho cabrío.
en el alfabeto hay cinco vocales.
en cinco minutos puedes fumar un cigarrillo, precalentar un plato, felicitar las pascuas, dar el pésame, acabar con tu vida, tocar un solo de guitarra e interpretar dos veces eine kleine nachtmusik de mozart en menuetto - allegro y que aún te sobre tiempo

(...)


cinco también son las letras de dolor y miedo].

Monday, July 10, 2006

I do this thing where I think I'm real sick but I won't go to the doctor to find out about it ....

... cause they make you stay real still in a real small space as they chart up your insides and put them on display.



"No tienes por qué asustarte de mis palabras. Una mujer muerta no necesita nada: ni amor, ni compasión, ni consuelo. Sólo he de pedirte que creas todo lo que mi dolor, que busca amparo en ti, me fuerza a revelarte. Cree mis palabras, ya que no te pido otra cosa: una madre no miente junto al lecho de muerte de su único hijo.
Voy a contarte mi vida entera, esta vida mía que no empieza, realmente, hasta el día en que te vi por primera vez. Todo lo anterior es lóbrego y confuso, el recuerdo de algo semejante a un sótano polvoriento con gentes y cosas grises y aburridas; un lugar que no hablaba a mi corazón.

[...]


Es sumiso y sin esperanza, paciente y apasionado, algo que el amor de una mujer de verdad, llena de deseos y de exigencias, nunca puede ser. Nadie más que los niños abandonados es capaz de sentir una pasión semejante. Los otros pueden derramar sus sentimientos en la camaradería, disiparse en las charlas confidenciales. Han leído y oído mucho sobre el amor y saben que a todos llega. Se divierten con él como con un juguete, lo ostentan como el muchacho que fuma su primer cigarrillo.
Pero yo nunca había tenido un confidente; no me habían enseñado ni aconsejado; carecía de experiencia y era confiada. Acepté mi destino sin reserva. Todo cuanto me sucedía, todo cuanto me animaba, se concentraba en ti, en mis fantasías.
Mi padre había muerto hacía mucho tiempo. Mi madre no podía pensar más que en sus preocupaciones y en sus recuerdos, en la dificultad de hacer llegar a fin de mes su exigua pensión de viuda, y poco tenía en común con una niña en la difícil edad del crecimiento. Mis compañeras de colegio, más enteradas que yo y un poco pervertidas, no podían simpatizar conmigo por la frivolidad con que juzgaban mi concepto del amor. La conclusión fue que todo lo que de mí surgía, todo lo que en las otras muchachas de mi edad generalmente se diluye, se concentró en ti. Te convertiste en algo esencial (¿qué palabra expresaría mis sentimientos?). Te convertiste en algo tan esencial como mi propia vida. Nada existía si no se relacionaba contigo. Nada tenía sentido si no te concernía.
Tú lo cambiaste todo. Había pasado inadvertida en la escuela, sin que yo me tomara el menor interés. Entonces, de pronto, fui la primera. Leía un libro detrás de otro, hasta muy entrada la noche, porque sabía que eras un amante de los libros. Ante la sorpresa de mi madre, empecé, casi obstinadamente, a practicar el piano, porque supuse que te gustaba la música. Cosí y arreglé mis vestidos para hacerlos más presentables a tus ojos. Era un verdadero tormento el remiendo que ostentaba mi viejo delantal de colegio (aprovechado de una antigua bata de mi madre). Temía que lo advirtieras y me despreciases por ello, de modo que solía cubrirlo con la cartera de los libros cuando subía por la escalera. Me aterraba la idea de que pudieras ver semejante remiendo. ¡Qué tonta era! Si apenas me volviste a mirar...

No obstante, mis días pasaban esperándote y vigilándote. Teníamos en la puerta una mirilla y a través de ella podía ver la tuya. No te rías de mí, querido. Ni siquiera ahora me avergüenzo de las horas que pasé espiando a través de aquella mirilla. En el vestíbulo hacía mucho frío y también temía despertar las sospechas de mi madre. A pesar de ello, me mantuve en el puesto de observación durante largas tardes y en el curso de meses y años, con un libro en la mano y tensa como una cuerda de violín dispuesta a vibrar al impulso de tu proximidad.
Siempre estaba a tu lado y siempre dispuesta; pero tú ignorabas esa tensión, como ignorabas la del resorte de tu reloj, que fielmente, te señalaba las horas, acompañaba tus pasos con su tictac apenas perceptible y al que no otorgabas más que una rápida mirada, apenas un segundo entre millones.
Sabía todo lo tuyo, cuanto a ti se refería: tus costumbres, las corbatas que llevabas; conocía todos tus trajes. Pronto llegué a familiarizarme con tus visitantes habituales; y tenía mis simpatías y antipatías. Desde los trece a los dieciséis años, todas las horas de mi vida fueron tuyas. ¿Qué tonterías no llegué a cometer? Besaba la cerradura que habías tocado, recogía una colilla que acababas de tirar y la conservaba como algo sagrado porque tus labios la habían oprimido. Mil veces, al atardecer, con un pretexto u otro, salía a la calle para ver dónde tenías encendida la luz y poder así, con mayor precisión, situar tu invisible presencia. Durante las semanas que permanecías ausente (mi corazón parecía detenerse siempre que veía a Juan bajar tu maleta), mi vida carecía de sentido. Triste, mortalmente aburrida y de mal humor, vagaba sin saber qué hacer, tratando únicamente de evitar que mis húmedos ojos traicionaran ante mi madre tal desesperación.
Sé que todo cuanto estoy relatando aquí es una sarta de grotescos absurdos, producto de la fantasía de una niña extravagante. Debería estar avergonzada, pero no lo estoy. Nunca mi amor fue más puro ni más ardiente que en aquel tiempo. Podría contarte, durante horas y días enteros, cómo viví contigo a pesar de que apenas me conocías de vista. No es de extrañar que así fuera, ya que si nos encontrábamos en la escalera y no podía evitar el encuentro, pasaba a tu lado rápidamente y con la cabeza baja, temiendo encontrar tu ardiente mirada, con la misma prisa del que se lanza al agua antes de ser abrasado por una llama.

[...]

Pero no viniste. Nadie acudió. Debías de haber salido aquella tarde, y Juan probablemente estaba también fuera. Con la extinguida nota de la campana resonando todavía en mis oídos, me retiré al piso vacío y me eché exhausta sobre un colchón, tan cansada por esos pocos pasos como si hubiera estado caminando durante horas sobre la nieve.
A pesar del cansancio, mi determinación era tan firme como antes: quería verte, hablarte, antes de que me separaran de ti. Puedo asegurarte que mi mente no albergaba ningún deseo impuro; todavía era inocente, quizá porque nunca había pensado en nada más que en ti. Sólo quería verte otra vez, sentirme a tu lado".



carta de una desconocida -- stefan zweig






hay libros para decir adios, y tambien para decir aun , todavia o siempre.


[esta mañana alguien compro los mismos libros que yo, justo delante de mi.
pense si nuestras vidas tambien podian ser paralelas.]


Current mood: piel de gallina, erizos de piel.

#listen to: rilo kiley - the execution of all things






Friday, July 07, 2006

moving..so moving



[la logica de las proposiciones es diametralmente opuesta al sentimiento que las impulsa.]



"we'll never never play the harp, and we'll stick like sick on the stars
and if you can take it I can take these stones from my heart


if you can take it, I can take it"

Tuesday, July 04, 2006

interludio 43

El 8 de agosto de 1947 el Señor Despain, aleman de nacimiento, se dispuso a acostarse como cada mañana.
Introdujo sus botas dentro de sus calcetines, para evitar que su mecanismo de pulido de cuero de palindromo sangrara entre las sabanas. Se quito la corbata, la colgo en la mesa, se remango su pijama de tela bruñida y se atuso el bigote perpendicular a la nariz aguileña.

A las 5 de la madrugada, hora punta segun los informativos radiofinicos en la zona de Alaska sur, desatuso ese mismo bigote, se limpio la cara con leche fria y salio a la calle dispuesto a desdoblar esquinas saludando a alguna que otra persiana que se negaba, normalmente, a darle las buenas noches, mostrando sus cristales opacos de mimbre.

Recorrio fachadas y fachadas, desafiando la ley de la adrenalina gravitatoria y nada mas abrir la septima alcantarilla orientada al suroeste se dio cuenta de que habia olvidado rociar su oreja izquierda con nenufares exprimidos de la misma tailandia ( ritual al que dedicaba 3 horas cada mañana).

Desanduvo rectas, salio de autobuses, increpo a un perro que exigia el reimporte de todas las baldosas pisadas sin tiento y a destiempo incolcluso, se volvio a meter en la cama, auspiciado por el tacto gracil de la luz que se colaba en el espejo partido de su minusculo castillo y 7 horas despues dedujo que iba a tardar demasiado en exprimir esos mismos nenufares sin poseer marfil de reno austriaco como emulsionante habitual, asi que, ni corto ni perezoso, decidio cambiar sus costumbres de gentleman africano para introducirse en las rutinas diarias de un celador presbiteriano.

A partir de ese dia dejo de usar perfume podrido, para dar paso al agua salina del riachuelo que se confundia en las goteras de sus propias ideas.